Si has leído la publicación: Primera pregunta antes de escribir una novela: ¿Qué quiero contar? que tenemos en el blog y necesitas saber más, en esta entrada nos vamos a plantear la segunda pregunta que debe hacerse un autor antes de escribir una novela: ¿Dónde y Cuándo lo voy a ambientar? Es importante destacar que, si capital era el Qué, como ya dijimos en el citado post anterior, el Dónde y el Cuándo están casi al mismo nivel de relevancia. Vas a empezar a dar forma a la historia y vas a resolver cuestiones que quedaron pendientes al principio. Aunque todavía te queda un largo camino, tu novela va tomando cuerpo.
En este punto tienes que definir bien el decorado de tu argumento. Una misma trama puede situarse en muchos lugares distintos sin que esto afecte lo más mínimo a su leitmotiv. Es vital que definas el género de la obra, la época y el lugar donde se va a desarrollar. Hay que dejar claro en la introducción del libro estos tres apartados para no confundir al lector y situarlo correctamente dentro del mundo. Así que, sin más preámbulos, comencemos a desgranar cada uno de los puntos que tenemos pendientes.

El género
Una pregunta trascendental que has de resolver es saber el género en el que vas a escribir, ya que cada uno tiene sus peculiaridades y su estilo. Un error clásico de algunos autores es contar lo mismo, siempre sin importarles lo más mínimo el género que han escogido para la obra. Por ejemplo, si tienes un mago, al cual llamaremos Gandalf, que lucha con una espada y lanza rayos, y, por otra parte, a un Sith, al cual llamaremos El Emperador, que lucha con una espada de luz y lanza rayos, si no respetas las reglas de cada género, ambos pueden parecer lo mismo y son diametralmente opuestos. Tanto la fantasía, la ciencia ficción, la novela histórica o el drama contemporáneo, tienen sus pautas y es importante documentarte sobre ellas y dominarlas.
Saltándose las normas. El autor transgresor
Se pueden transgredir las normas, sí, pero con cuidado. Si lo tuyo es la historia y quieres contar una epopeya en el antiguo Egipto, un universo lleno de mitos y leyendas, puede que una parte de la trama se desvíe por alguna de ellas. Unos toques de magia por aquí, un milagro por allá, puede cuajar, pero ojo con los excesos, pueden arruinar algo que se le presupone al género en cuestión, la veracidad. Nuevamente, como dijimos en la anterior entrada, la originalidad puede jugarnos malas pasadas. Es más importante ser coherente con el género que estás tratando que ser único.
¿Y si mezclo dos géneros?
Si lo haces bien, no habría ningún problema. Hay millones de ejemplos en la literatura sobre como mezclar géneros, sobre todo en los últimos tiempos. Por ejemplo, Crepúsculo, uniendo la novela romántica con la fantasía vampírica, o Outlander, que va más allá juntando a la novela romántica, ciencia ficción y fantasía (muy cogido con pinzas), y novela histórica. Los problemas, como siempre, vienen cuando no se estructuran las temáticas bien y se improvisa por el camino para intentar amoldarse a cierta tendencia del mercado. Además, esto te va a suponer un mayor trabajo, ya que has de dominar los vericuetos de ambos géneros, algo de lo que adolecen nuestros dos ejemplos. Si quieres documentarte más sobre como unir varios géneros, te recomendamos al maestro Stephen King y la serie de La Torre Oscura.

La época
Tan importante como el género es la época y que ambas cosas casen a la perfección. Como ya dijimos más arriba, la ambientación de la novela tiene que ir cogiendo cuerpo y el tiempo toma relevancia. ¿Hablamos de una trama en el pasado, en el futuro o en la actualidad? ¿Es un pasado/futuro reciente o lejano? Son cuestiones que debes aclarar en este apartado antes de continuar. Cada período tiene su encanto. Novelas ambientadas en la antigua Roma, en Egipto o en la Edad Media hay muchas y muy buenas, pero la documentación necesaria para hacerlas creíble, algo vital, es también muy abundante y, a veces, cambiante. La historia puede cambiar de un día para otro y pillarte en mitad del proceso de creación. Quizá, la época más sencilla sea el presente, ya que no requiere de un gran esfuerzo documental, solo estar al día de lo que te rodea, que ya es decir.
Otra idea interesante es contar tu historia en varias épocas. Aquí te vamos a dar tres ejemplos para que lo entiendas mejor. El primero, Entrevista con el Vampiro de Anne Rice. La autora comienza en el presente para remontarse a un pasado lejano a través de las vivencias de su personaje, Louis. Aquí lo tiene fácil, su protagonista es un vampiro, puede vivir eternamente. El segundo, El Nombre del Viento, de Patrick Rothfuss. El autor usa la misma técnica que Anne Rice y narra la historia desde la actualidad para retroceder hasta la niñez del personaje. En esta ocasión, Kvothe no es inmortal, así que la trama se ciñe a un periodo de tiempo más corto que el anterior. Sin embargo, sigue jugando con el pasado y el presente. Por último, Tokio Blues de Haruki Murakami. En la que, a través de los recuerdos del protagonista, Turu, evoca su pasado para contar la trama de la novela.
Como ves, jugar con el tiempo es un recurso muy utilizado por varios autores y sin usar los viajes en el tiempo, algo que se englobaría dentro de la ciencia ficción.
El flashback y el flashforward
El flashblack, o analepsis en español, es un recurso donde se altera la secuencia cronológica de la historia para trasladarnos al pasado de un personaje en cuestión durante un breve espacio de tiempo. Por el contrario, el flashforward, o prolepsis, consiste en un salto hacia delante en el tiempo para después retornar al momento presente de la narración. Es mucho menos habitual, ya que en numerosas ocasiones no nos interesa adelantar acontecimientos. A no ser, claro, que sea a modo de premonición, como ocurre en El Resplandor de Stephen King. Otro ejemplo son series policiacas cuando te muestran un crimen y luego vuelven unas horas, o días, antes. Ten en cuenta que tanto la analepsis como la prolepsis son escenas. Si centras la trama en un mega flashblack, como en los ejemplos anteriores, no lo estás usando bien. En ese caso no es una analepsis.

El anacronismo, el enemigo silencioso
Un anacronismo es un error que resulta de situar a una persona o cosa en un período de tiempo que no se corresponde con el que le es propio. Por ejemplo, es un anacronismo describir un encuentro entre Aristóteles y Arquímedes, ya que no fueron coetáneos, a no ser, claro, que metas a cualquiera de los dos en una máquina del tiempo. Debes de tener especial cuidado con este enemigo silencioso, porque puede dar al traste con toda la realidad de tu trama y considerarte un chapucero. Hay millones de entradas exponiendo estas meteduras de pata de Hollywood: hippies en El Padrino, cuando la trama es de los años 50, no de los 70, los uniformes de la NASA en Apolo 13 no son de la época, o unas cuantas gafas de sol en el circo romano en Gladiator. Sin olvidar esa maravillosa llama en plena Persia en la cinta de Alejandro Magno. Son estos pequeños detalles los que pueden hacer, por ejemplo, que una novela histórica pierda rigor y sea considerada por los expertos de poco valor. No queremos eso para nuestro trabajo, ¿verdad?
El lugar
En los anteriores apartados hemos hablado de Cuándo lo voy a ambientar, ahora hablaremos de Dónde. Una vez que tenemos claros el género y la época, el mundo debería ser la parte más fácil, ya que lo anterior nos define bastante bien el entorno. Es raro una novela de ciencia ficción en la prehistoria o una sobre la segunda guerra mundial en un planeta lejano o una dimensión paralela. Ahora bien, la pregunta fundamental que debes hacerte aquí es: ¿mi mundo va a ser real o imaginario? Contestes lo que contestes, el trabajo de documentación o inspiración es indispensable. Una localización que todo el mundo conoce: Central Park en Nueva York, la Plaza Mayor de Madrid, los Reales Alcázares de Sevilla o la Alhambra de Granada, es una herramienta muy potente a la hora de hacer que el lector conecte con los personajes y viva la historia a través de tus palabras. Quizá sea una de las experiencias más bonitas que hay en la vida, tanto para el creador, como para receptor del mensaje.

El mundo real: pros y contras
Si bien el mundo real tiene muchos atractivos, ya que es más cercano, más fácil a la hora de documentarse y requiere descripciones menos extensas, puesto que todo el mundo puede acceder fácilmente al lugar indicado a través de fotos, es esto lo que lo hace muy peligroso. Tanto si controlas la ubicación al dedillo como si no, un pequeño error puede dar al traste con la fuerza del sitio y volverse en tu contra sin pretenderlo.
Si estás en Sevilla en plena Semana Santa y pones una escena donde están quemando un paso, como pasa en Misión Imposible 2, estarás creando una bomba que posiblemente te estalle en la cara y te haga perder credibilidad. Las ventajas y desventajas del mundo en el que vivimos son las mismas, solo depende del grado de rigor con el que afrontes el sitio en donde se vaya a desarrollar tu trama.
Inventándose un mundo: pros y contras
Si piensas que crear un universo es la mejor opción porque es más fácil, estás completamente equivocado, es infinitamente más complicado. ¿Tu mundo está basado en el real o es imaginario? Una distopía, quizás o mejor algo fantástico. En todos y cada uno de los casos debe ser coherente y parecer real, algo en lo que se pueda vivir. No puedes crear un mundo de fuego donde los humanos soportan temperaturas de 120 grados centígrados a pecho descubierto por muy chulo que te parezca. Lo sentimos, no es real y no va a funcionar. Todos los mundos inventados tienen este detalle en común, a los lectores les mola vivir en ellos, se identifican y sueñan con ese universo. En una amalgama sin sentido no quiere estar nadie, ni los propios personajes que vas a creer. Como ya te hemos dicho antes, hacer que los lectores anhelen vivir en tu mundo es una de las cosas por las que escribimos.
Conclusión
En esta entrada hemos respondido ampliamente a la pregunta: ¿Dónde y Cuándo lo voy a ambientar? Ya sabes el género, la época y el mundo de tu escrito, y puede que estés pensado ya en algún que otro salto argumental o en mezclar géneros o épocas. Ya te hemos explicado la importancia de ser disciplinado y del trabajo de documentación que te espera por delante. Que debes poner especial atención a los anacronismos y en que todo parezca habitable. Ten en cuenta que esta etapa va a definir el estilo de tu trabajo. Te van a recordar por lo poco o muy riguroso que seas. Al final, esta es una decisión que debes tomar en este apartado.
Ahora estás preparado para dar el siguiente paso y seguir echando abono a esa idea que tuviste para que enraíce. En este punto necesitas saber ¿para Quién va dirigida?
Si quieres saber cómo sigue el proceso de construcción de una novela, pincha en el siguiente enlace. Tercera pregunta antes de escribir una novela: ¿para Quién va dirigida?
Y si tienes alguna pregunta, no dudes en escribir un comentario tanto en esta entrada como en nuestras redes sociales.
3 comentarios
Zoe · 9 de noviembre de 2020 a las 15:44
¡Ojalá haber tenido una guía así cuando empecé a escribir! ¡Buent rabajo!
La Torre Negra Editores · 26 de noviembre de 2020 a las 18:22
Gracias por tus palabras. Hacemos lo que podemos.
Gala · 4 de junio de 2021 a las 10:46
Super interesante el articulo!!!