En esta ocasión descubrimos el mundo de fantasía de María Teresa Pérez Fernaud o por el nombre que firma sus libros, M. T. Pérez. Una joven madrileña de 24 años, bióloga por vocación, que se está doctorando en paleontología. Las Crónicas del Rey Mestizo I La Guerra es su primera novela de fantasía, aunque hay muchas historias guardadas en el cajón a las que pretende dar lustre y actualizar para seguir haciéndonos disfrutar de ellas. Es escritora que se basa, sobre todo, en los personajes que crea para que nos cuenten la historia, consiguiendo así hacer la trama y la lectura hipnóticas.

Cuéntanos cómo descubriste La Torre Negra Editores
Fue bastante por casualidad. Ya había mirado antes información sobre editoriales que se ofrecen para ayudar a los autores noveles a «autoeditarse» y así puedan publicar su libro, pero no había oído nada bueno sobre ellas. Un día, mirando las noticias de Google, me apareció una entrada de su blog recomendada. No recuerdo cuál era el tema, pero sí que el nombre me llamó la atención, y me puse a investigar más. Me gustó mucho lo que ofrecían, y sobre todo que no pusieran las condiciones que había visto en otras de esas otras editoriales. Además, sabía que la maquetación iba a ser algo que me costaría mucho, así que decidí pedir información. Y aquí estamos.
En tu novela Las Crónicas del Rey Mestizo I La Guerra las primeras protagonistas son las hadas, aunque según avanzamos aparecen personajes con más enjundia, con más capas. ¿Cómo es tu proceso a la hora de crear personajes?
Muchas veces no sé de dónde surgen los personajes que creo. A veces simplemente la trama me los pide. Otras tengo un concepto, o una idea sobre la que quiero trabajar y que luego va evolucionando. Esto suele ser lo más común. Creo un personaje por necesidad de la trama, y luego le voy dando su personalidad, sus miedos, sus aficiones… En este caso, las hadas estuvieron desde el principio de la concepción de la historia; siempre supe que ellas iban a ser las primeras en aparecer y las que iban a hacer que la trama se pusiera en marcha. Luego fui creando sus personalidades a medida que veía con qué otros personajes interactuaban, y cómo me pedían esas relaciones que fueran.
Ni la luz ni la oscuridad son la solución, no representan el bien o el mal, simplemente, son. Quizás el equilibrio sea la respuesta para muchas preguntas.
La luz y la oscuridad es una dualidad sobre la que se han escrito, y se escribirán, muchas historias. ¿Cuál consideras que es tu originalidad en el enfoque?
Normalmente, se presenta la luz como el bien, y la oscuridad como el mal. A mí desde pequeña me ha gustado la oscuridad, y eso significaba jugar a ser la mala, o escribir con el villano de protagonista. Pero al pensar en esta historia me dije: ¿por qué la luz es buena? ¿Quién ha establecido ese concepto? Y me propuse escribir un mundo en el que la luz no fuera el bien. Pero tampoco quería que lo fuera la oscuridad, porque me parecía caer en un cliché. Lo que intento demostrar en esta historia es que ni una ni otra son la solución, que no representan el bien o el mal, simplemente, son. Y que, quizás, el equilibrio sea la respuesta para muchas preguntas.

¿El amor todo lo puede? ¿Qué valor das al amor en tus novelas? ¿Podrías escribir alguna historia sin amor?
Me resultaría muy difícil escribir una novela sin amor. Tampoco creo que me resultara fácil escribir una novela en la que la historia de amor fuera la trama principal, pero siempre está ahí. Me gustan las historias de amor, me gusta que los personajes tengan algo por lo que luchar. Y ya que en el mundo real muchas veces con el amor no es suficiente, me gusta que en la fantasía sea así. No solo el amor romántico, sino también el amor entre la familia, o entre los amigos (que es algo a lo que también le doy mucho peso en esta saga). Sin amor, no seríamos humanos, y creo que las novelas tienen que reflejar eso.
A la hora de nombrar a tus personajes ¿En qué te inspiras?
Sinceramente, no tengo un sistema. Suelo empezar por los nombres de los protagonistas, y darles un nombre que me guste, normalmente un nombre de la vida real. Al resto de personajes los voy nombrando intentando no repetir la inicial por la que empiezan sus nombres. Sí que es cierto que para mí, si me estoy inventando un nombre, es importante su «color». Tengo un poco de sinestesia, y para mí, algunas letras son de colores determinados. Por ejemplo, la «e», es verde, la «a», azul… A la hora de inventar un nombre, me gusta que los colores de las letras combinen, o que peguen con el personaje (por ejemplo, para mí «Dalia» tiene un color predominantemente azul, y por ello el hada que lleva ese nombre tiene el pelo azul y viste de ese color).
Sin amor, no seríamos humanos, y creo que las novelas tienen que reflejar eso
¿Cuándo comenzaste a escribir historias? ¿Hubo alguna persona/familiar que te despertara la vocación?
Empecé a escribir historias en serio cuando tenía catorce años. Mi primer intento fue un relato sobre Sherlock Holmes en el que se me olvidó revelar cuál había sido el arma del crimen. Después de eso me metí con mi primer gran proyecto a los quince. Tengo intención de retomarlo algún día, corregirlo y que también vea la luz, porque es una historia a la que le tengo mucho cariño, pero que no deja de ser una historia escrita por una niña de quince años.
Mi abuelo siempre fue una gran inspiración para mí. Desde que tengo memoria, me contaba historias que se inventaba. Yo le daba algunos elementos de cómo quería que fueran, y él se las iba inventando sobre la marcha y me las iba contando casi todos los días. Siempre que iba a su casa, corría con él para que me siguiera contando una historia. Ojalá pudiera recordarlas todas, porque fueron esas historias, esas aventuras de Merlín y Arturo que mi abuelo improvisaba para mí, las que despertaron mi amor por la fantasía, por las novelas, por el arte de inventar mundos y magia, de contárselos a la gente. Ahora mi abuelo ya no está aquí para poder leer estas historias, pero espero que sepa que todas las que escribo serán siempre los frutos de las que él plantó.
¿Qué opinas de los servicios de La Torre Negra Editores? ¿Los recomendarías?
La verdad, no sé cómo habría llegado hasta aquí sin La Torre Negra Editores. Me han aconsejado muchísimo a lo largo de todo el camino, han sido siempre muy atentos y me han ayudado a superar todos los problemas y dudas que he tenido. Y sobre todo, me han ayudado con temas en los que no sabía ni por dónde empezar a plantearlos. Desde luego, recomendaría a La Torre Negra Editores a otras personas que quieran publicar su libro. La calidad del trabajo es excelente, su respuesta rapidísima, y el trato cercano. Sabes que estás trabajando con personas interesadas en que tu proyecto salga adelante, y que no tienen intención de jugártela.
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